domingo, 31 de mayo de 2009

Los peores trabajos de tu vida

La gente puede llegar a pasarlo realmente mal en un trabajo. No dejes que bombardeen tu autoestima.

Dicen que de las malas experiencias se aprende. Dicen incluso, que se aprende más que de las buenas. Hay gente que lo pasa realmente mal en su trabajo: se sienten desmotivados, infravalorados, oprimidos, rechazados, etc. Todos ellos, deben tener en cuenta que los golpes que reciban les van a ayudar en el futuro, si aprenden de sus errores y de los errores de los demás.

No tropezar dos veces con la misma piedra. Es la premisa básica a la hora de buscar un empleo. En los muchos empleos que tendremos a lo largo de nuestra carrera, viviremos seguro experiencias inolvidables, pero también momentos duros y difíciles de los que hay que aprender. Nuestro deber es el de sacar conclusiones de todas estas situaciones, las buenas y las malas, y grabarlas en nuestra memoria. Sólo así evitaremos tropezar dos veces con la misma piedra.

En una empresa, puedes pasarlo mal de muchas formas distintas. Hay casos en los que, sin ningún motivo aparente, tus compañeros te desprecian y te marginan, dejándote al margen del grupo. Tú no has hecho nada, pero aún así, no te sientes parte del grupo porque ellos no te dejan.
Sucede a veces que tu jefe la tiene tomada contigo. Sí, suena a tópico, lo sabemos. Pero también es cierto que no se trata de una situación tan fuera de lo común. Es algo que sí que pasa y que puede causarte mucho daño. El problema de la mayoría de conflictos entre compañeros de trabajo es que no te das cuenta de lo que realmente sucede hasta que ya ha pasado un tiempo. Un día te das cuenta de que tu jefe te está haciendo la vida imposible y ves que es una situación que viene repitiéndose desde hace tiempo.

Hay que saber reaccionar a eso, saber afrontarlo sin miedo y sin venirse abajo. Es muy importante que sepas mantener tu autoestima intacta, por mucho que te la bombardeen sin motivo aparente. Si te sientes capacitado, háblalo con esa persona, pídele explicaciones. Sin aún así no consigues resultados, puedes hablar con el superior de ambos. Y si nada de esto resuelve el problema, coge la puerta y lárgate. Ningún empleo merece tanto la pena como para tener que pasarlo mal cada día.

Otro caso, de los más habituales, es cuando tú, sin saberlo, te conviertes en una pieza más del mobiliario de la compañía en la que trabajas. Los becarios podrían contar mil historias al respecto. Ves que todo el mundo a tu alrededor está haciendo cosas y tú quieres ayudar, aprender. Pero la gente no te tiene en cuenta. Recibes un encargo por semana e intentas estirarlo cuanto puedas, como si fuera un caramelo que quieres hacer durar durante días.

Cuando esto te pasa, no te quedes callado. Y si lo detectas antes, más fácil te será cambiar el rumbo. Habla con quien sea para que no acabar desmotivado. A veces cuesta, pero hay que hacer un esfuerzo.

Todos estos casos pueden provocarnos, en el mejor de los casos, un sentimiento de resentimiento y de tristeza. Pero si la cosa se alarga y va a peor, es cuando surgen el estrés, la depresión, etc. nunca podemos dejarles llegar hasta tan lejos. Antes, nos plantaremos (hasta aquí hemos llegado).

Apúntate estas cinco lecciones:

· Por mal que lo pases, vas a sobrevivir a cualquiera de estas situaciones.
· Reflexiona sobre tu relación con tu jefe. Ésta controla tu destino en la empresa.
· Uno de estos trabajo, te hará más fuerte y previsor de cara al futuro.
· Aprovecha los fines de semana. Son sólo para ti, para estar con los que te quieren.
· Siempre que te marches de una empresa, hazlo de buenas maneras.

Ya lo sabes. Ten en cuenta estos consejos y piensa en ellos cada vez que tengas que encontrar un nuevo trabajo.

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