Pedro San Ginés se ha convertido a las 12.40 horas de este sábado en el nuevo presidente del Cabildo de Lanzarote, después de que prosperara la moción de censura (14 votos frente a 6 de un total de 23 consejeros) contra Manuela Armas en una tensa sesión plenaria que estuvo marcada por el sorprendente abandono a las primeras de cambio de los representantes del Partido Socialista Canario (PSC). La espantada socialista se produjo al comienzo del discurso de investidura del nuevo presidente, justo en el momento en el que estaba replicando sobre lo absurdo que resulta que se intente vender a la sociedad que los gestores judiciales de la compañía han tomado medidas contra los políticos por lo que estaba por venir y no por lo que ya había dentro; fue el momento que el portavoz socialista, Carlos Espino, aprovechó para pedir la palabra e interrumpir el discurso del representante de Coalición Canaria (CC), lo que éste no permitió. En ese instante, y a un gesto del líder socialista, los seis consejeros se levantaron y abandonaron la sesión entre abucheos y aplausos de la numerosa concurrencia que se dio cita en el estrecho salón de sesiones.
La sesión, que fue seguida por numerosos ciudadanos que se dieron cita dentro y fuera del salón de plenos (también estuvieron altos cargos del PSC como Santiago Pérez o Julio Cruz.
Intervención de los portavoces
Los portavoces de los grupos firmantes de la oposición (Juan Carlos Becerra, Astrid Pérez, Sergio Machín y Fabián Martín) cedieron su turno de intervención al nuevo presidente, motivo por el que se limitaron simplemente a ratificarse en los términos planteados en la moción de censura.
Toma de posesión del nuevo presidente
Faltaban veinte minutos para la una de la tarde cuando Pedro San Ginés, de estricto terno azabache y grana, prometió por su conciencia y honor su cargo como máximo responsable de la Primera Corporación insular. Tras unos minutos dedicados a los medios gráficos y después de haber bromeado con la posibilidad de abstenerse en la votación de sí mismo como presidente, el representante de CC inició un largo, denso y meditado discurso por el que estructuró el decálogo de intenciones con el que llega al mando en plaza. Empezando por el final, pero recogiendo el titular que él mismo dio para definir lo que va a ser su mandato, habría que señalar una frase: "la era de la gestión ha llegado a la Primera Corporación insular". Y es que en eso se va a basar el compromiso de las cuatro fuerzas y del nuevo presidente, en gestionar de otro modo una institución que por no tener no tiene ni presupuestos aprobados.
Pedro San Ginés empezó dirigiéndose a los ciudadanos, pidiéndoles "perdón" por los años que llevan soportando a la clase política insular, que siempre ha sido capaz de superar los límites del esperpento. En segundo lugar, se dirigió a sus compañeros para darles las gracias por confiar en él para liderar la difícil misión de hacer que las cosas cambien en los dieciocho meses que tienen por delante.
Tuvo claro que iba a defraudar a sus adversarios, puesto que, a pesar de tener sobrados argumentos, no iba a entrar en la réplica política. Eso sí, reconoció que a pesar de tener gran ilusión por el nuevo proyecto no son ilusos, con conscientes de que en el tiempo que les queda no se pueden hacer milagros, sobre todo siendo como es el momento más complicado de la historia política, con un PSOE más "virulento" y enardecido que nunca pensando que son los dueños del poder, con un difícil pacto a cuatro bandas y con una enorme crisis económica. "No estamos locos, sabemos lo que queremos", soltó parafraseando el estribillo de una conocida canción.
De igual modo, mandó un recadito a los todavía presentes consejeros del PSOE afirmando rotundo que no están vendidos a los intereses de ningún lobby empresarial, como sí están vendidos a los ciudadanos al haber renunciado a los lógicos réditos que podrían haberle sacado al desgaste del mini grupo de gobierno socialista.
Tras la introducción, San Ginés habló de los objetivos, que comienzan con uno importante, la reducción de los sueldos de todos los integrantes del grupo de gobierno, medida contraria a la que adoptaron Manuela Armas y los suyos, que fue lo primero que hicieron al llegar al poder para equiparse a los consejeros de Fuerteventura. Asimismo, anunció la reducción inmediata del número de asesores a la mitad, pasando de 11 a 6 (2 de CC, 2 del PIL, 1 para el PNL y otro para el PP), contratando a "profesionales de contrastada experiencia y con obligación de asistir al puesto de trabajo". Además, se va a producir dentro de las medidas de ahorro una reducción del número de consejeros liberados, que serán doce, la restricción total del ya famoso "todo a 30.000" y el exhaustivo control de las compras y los gastos.
Al entrar en el capítulo de las empresas públicas fue cuando llegó el lío. San Ginés no pudo reprimirse y replicó a Espino diciendo que "afortunadamente Inalsa está en manos de la justicia, que fue la que quitó a la presidenta saliente incluso el acceso físico a la empresa por temor a que remataran la faena en sus últimas decisiones". Habló, siguiendo el tema de las empresas públicas, de los Centros Turísticos, asunto que conoce perfectamente puesto que fue él quien los llevó a su mejor momento y sobre el que fue claro al anunciar que se va a realizar una auditoria, después de la cual se van a depurar las responsabilidades que se deriven de la nefasta gestión llevada a cabo por Espino. También habló del "vergonzoso y triste" despido de José Juan Lorenzo como máximo responsable del EPEL, aunque anunció que lo va a incorporar como jefe del Gabinete de la Presidencia. "Los Centros siguen siendo un caballo ganador, todo no se ha perdido, y Astrid Pérez es la amazona para ese caballo", dijo refiriéndose a la presidenta del PP.
San Ginés habló del resto de departamentos, anunciando cuestiones importantes como la profesionalización de la Sociedad de Promoción del Patronato de Turismo o el principal caballo de batalla al que se van a enfrentar desde ya, el tema de los residuos. Ahí se paró para decir que el vertedero de Zonzamas es "la mayor asignatura pendiente del Cabildo", y asumió el compromiso de hacer lo posible para que el tema cambie en el menor tiempo posible.
Hizo alusión a Deportes, Servicios Sociales y Educación en la misma línea, convencido de que ya harán una buena labor pagando lo que se tiene que pagar en cada departamento. Tuvo además palabras especiales para La Graciosa, como las tuvo para Juan Carlos Becerra, por su tremenda experiencia en política. "Necesito de esa dilatada experiencia, porque más sabe el diablo por viejo que por diablo".
Información obtenida de:
Crónica de Lanzarote
Foto: S. Betancort (La Voz de Lanzarote)
Intervención de los portavoces
Los portavoces de los grupos firmantes de la oposición (Juan Carlos Becerra, Astrid Pérez, Sergio Machín y Fabián Martín) cedieron su turno de intervención al nuevo presidente, motivo por el que se limitaron simplemente a ratificarse en los términos planteados en la moción de censura.
Toma de posesión del nuevo presidente
Faltaban veinte minutos para la una de la tarde cuando Pedro San Ginés, de estricto terno azabache y grana, prometió por su conciencia y honor su cargo como máximo responsable de la Primera Corporación insular. Tras unos minutos dedicados a los medios gráficos y después de haber bromeado con la posibilidad de abstenerse en la votación de sí mismo como presidente, el representante de CC inició un largo, denso y meditado discurso por el que estructuró el decálogo de intenciones con el que llega al mando en plaza. Empezando por el final, pero recogiendo el titular que él mismo dio para definir lo que va a ser su mandato, habría que señalar una frase: "la era de la gestión ha llegado a la Primera Corporación insular". Y es que en eso se va a basar el compromiso de las cuatro fuerzas y del nuevo presidente, en gestionar de otro modo una institución que por no tener no tiene ni presupuestos aprobados.
Pedro San Ginés empezó dirigiéndose a los ciudadanos, pidiéndoles "perdón" por los años que llevan soportando a la clase política insular, que siempre ha sido capaz de superar los límites del esperpento. En segundo lugar, se dirigió a sus compañeros para darles las gracias por confiar en él para liderar la difícil misión de hacer que las cosas cambien en los dieciocho meses que tienen por delante.
Tuvo claro que iba a defraudar a sus adversarios, puesto que, a pesar de tener sobrados argumentos, no iba a entrar en la réplica política. Eso sí, reconoció que a pesar de tener gran ilusión por el nuevo proyecto no son ilusos, con conscientes de que en el tiempo que les queda no se pueden hacer milagros, sobre todo siendo como es el momento más complicado de la historia política, con un PSOE más "virulento" y enardecido que nunca pensando que son los dueños del poder, con un difícil pacto a cuatro bandas y con una enorme crisis económica. "No estamos locos, sabemos lo que queremos", soltó parafraseando el estribillo de una conocida canción.
De igual modo, mandó un recadito a los todavía presentes consejeros del PSOE afirmando rotundo que no están vendidos a los intereses de ningún lobby empresarial, como sí están vendidos a los ciudadanos al haber renunciado a los lógicos réditos que podrían haberle sacado al desgaste del mini grupo de gobierno socialista.
Tras la introducción, San Ginés habló de los objetivos, que comienzan con uno importante, la reducción de los sueldos de todos los integrantes del grupo de gobierno, medida contraria a la que adoptaron Manuela Armas y los suyos, que fue lo primero que hicieron al llegar al poder para equiparse a los consejeros de Fuerteventura. Asimismo, anunció la reducción inmediata del número de asesores a la mitad, pasando de 11 a 6 (2 de CC, 2 del PIL, 1 para el PNL y otro para el PP), contratando a "profesionales de contrastada experiencia y con obligación de asistir al puesto de trabajo". Además, se va a producir dentro de las medidas de ahorro una reducción del número de consejeros liberados, que serán doce, la restricción total del ya famoso "todo a 30.000" y el exhaustivo control de las compras y los gastos.
Al entrar en el capítulo de las empresas públicas fue cuando llegó el lío. San Ginés no pudo reprimirse y replicó a Espino diciendo que "afortunadamente Inalsa está en manos de la justicia, que fue la que quitó a la presidenta saliente incluso el acceso físico a la empresa por temor a que remataran la faena en sus últimas decisiones". Habló, siguiendo el tema de las empresas públicas, de los Centros Turísticos, asunto que conoce perfectamente puesto que fue él quien los llevó a su mejor momento y sobre el que fue claro al anunciar que se va a realizar una auditoria, después de la cual se van a depurar las responsabilidades que se deriven de la nefasta gestión llevada a cabo por Espino. También habló del "vergonzoso y triste" despido de José Juan Lorenzo como máximo responsable del EPEL, aunque anunció que lo va a incorporar como jefe del Gabinete de la Presidencia. "Los Centros siguen siendo un caballo ganador, todo no se ha perdido, y Astrid Pérez es la amazona para ese caballo", dijo refiriéndose a la presidenta del PP.
San Ginés habló del resto de departamentos, anunciando cuestiones importantes como la profesionalización de la Sociedad de Promoción del Patronato de Turismo o el principal caballo de batalla al que se van a enfrentar desde ya, el tema de los residuos. Ahí se paró para decir que el vertedero de Zonzamas es "la mayor asignatura pendiente del Cabildo", y asumió el compromiso de hacer lo posible para que el tema cambie en el menor tiempo posible.
Hizo alusión a Deportes, Servicios Sociales y Educación en la misma línea, convencido de que ya harán una buena labor pagando lo que se tiene que pagar en cada departamento. Tuvo además palabras especiales para La Graciosa, como las tuvo para Juan Carlos Becerra, por su tremenda experiencia en política. "Necesito de esa dilatada experiencia, porque más sabe el diablo por viejo que por diablo".
Información obtenida de:
Crónica de Lanzarote
Foto: S. Betancort (La Voz de Lanzarote)
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